Participación ciudadana y referéndums: el caso estadounidense
Todavía hay mucho que decir de los procesos electorales estadounidenses a nivel subnacional
El pasado 7 de noviembre hubo elecciones en algunos estados de la unión americana. Kentucky, Virginia, Mississippi y Pensilvania, votaron gubernaturas, alcaldías, legislaturas. El resultado más significativo fue el de los referéndums en Ohio: la ciudadanía votó por el sí a la despenalización del aborto y el uso recreativo del cannabis. Aunque el federalismo electoral estadounidense es, de lejos, el esquema institucional más estudiado del planeta, aún hay mucho que decir de sus elecciones a nivel subnacional. Me permitiré compartir mis impresiones sobre estas consultas realizadas hace un par de días.
En primer lugar, hay que decir que la democracia directa no formó parte nuclear en el diseño constitucional original estadounidense. Para los federalistas, la forma ideal de democracia era la representativa, con mecanismos de contrapesos entre poderes. El colegio electoral es, de hecho, muestra del espíritu de democracia indirecta que aún persiste en el sistema electoral estadounidense. En 2016, a pesar de tener 3 millones de votos más que Trump, Clinton no fue electa como presidenta de Estados Unidos.
Aún con ello, lo cierto es que a nivel local los mecanismos de participación directa no son poco comunes en la historia norteamericana. Luego de la declaratoria de independencia, algunos estados adoptaron sus nuevas cartas magnas mediante estas vías. En Massachusetts, por ejemplo, los votantes adoptaron una nueva constitución en 1780, después de rechazar una propuesta inicial mediante referéndum. Lo mismo pasó en New Hampshire cuando adoptaron su constitución en 1783. En realidad, la tradición de aprobar enmiendas constitucionales a través del plebiscito es un aprendizaje que surgió desde lo local.
Dicho esto, no son pocas las ventajas que suponen los ejercicios directos de participación. Convocar a las urnas únicamente para renovar cargos puede disminuir el involucramiento en el proceso democrático. Al permitir que se participe directamente mediante referendos, iniciativas populares u otros mecanismos, se fomenta la participación activa en una gama más amplia de temáticas. El destino del gasto público, medidas reproductivas y hasta tratados internacionales, han sido sometidos al escrutinio público en otras naciones.
Argentina 2023: el voto estratégico
Los resultados de la primera vuelta del domingo en ese país ofrecen una perspectiva para problematizar en torno a la idea de interacción estratégica
Decía Duverger que los sistemas electorales impactan la configuración política de los países a través de dos efectos. El primero, con la distorsión que las fórmulas hacen cuando convierten votos en escaños. El segundo tiene que ver con la psicología de los actores políticos y la ciudadanía. Desarrollos teóricos posteriores han enriquecido esta segunda idea, demostrando actuaciones estratégicas emanadas a partir de la expectativa del resultado de una elección.
Los resultados de la primera vuelta del domingo pasado en Argentina ofrecen una perspectiva interesante para problematizar en torno a esta idea de interacción estratégica. Quizás los resultados de esta ronda no son tan sorpresivos como apunta la prensa latinoamericana.
A primera vista, el hecho de que el actual Ministro de Economía – Sergio Massa – haya resultado triunfador resulta contra intuitivo. La economía argentina muestra rasgos de estancamiento, al tiempo que la inflación es superior al 148% anual. Además, en las elecciones primarias el ultraderechista Milei obtuvo una enorme cantidad de votos. Todas las encuestas sugerían que el estridente candidato de La Libertad Avanza confirmaría la victoria en las urnas.
El pronóstico no se cumplió. Massa sacó más de 6 puntos de ventaja. Remontadas como estas tienen múltiples explicaciones. Una tiene que ver con los cambios en la participación después de las primarias. La asistencia a las urnas creció 9% entre las PASO y la jornada electoral. Números recientes apuntan a que esos nuevos electores se inclinaron por el peronismo.
Los datos también indican que, en las grandes provincias como Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe, el voto por Massa creció después de las primarias. El de la extrema derecha, por el contrario, se mantuvo constante. A ello hay que sumarle que el tercer lugar, Juntos por el Cambio, perdió 5% de sus preferentes.
Lo anterior es un aspecto central para el diseño de sistemas electorales. Las personas son receptivas del tipo de reglas con que eligen a sus gobernantes. Las primarias y sondeos de opinión en Argentina sirvieron para definir un voto estratégico. Quienes votaron el pasado domingo no sólo pensaban en el eventual resultado de la primera vuelta, sino en los posibles careos derivados del balotaje.
Ahora bien, este modelo también toca el comportamiento de los competidores. Juntos por el Cambio, opción ubicada al centro de los punteros, recientemente confirmó su apoyo a Milei. Ese respaldo hará que su mensaje se dirija al centro del espectro político, donde se ubican los votantes de Bullrich. El dato es sorprendente, si se considera que la excandidata ya alguna vez demandó penalmente al ultraderechista.
Las fichas siguen en juego para definir la presidencia de la cuarta nación más grande de América Latina. El balotaje requerirá, nuevamente, que las y los votantes argentinos reflexionen entorno a las propuestas políticas de los dos punteros. Hay reglas electorales que motivan más el involucramiento ciudadano. Vale la pena seguirlas estudiando.
POR: AMALIA PULIDO
Presidenta del Instituto Electoral del Estado de México
@pulido_amalia
A 70 años del voto femenino
La profesora de la Universidad de Harvard fue la tercera en recibir la distinción, derivado de sus estudios sobre el mercado laboral
Recientemente, Claudia Goldin fue galardonada con el premio Nobel de Economía. Es poco común que este premio se otorgue a una especialista en historia económica. Menos frecuente, que se entregue a una mujer. La profesora de la Universidad de Harvard fue la tercera en recibir la distinción, derivado de sus estudios sobre el mercado laboral, especialmente en Estados Unidos.
Los trabajos de Goldin han sido centrales para desmitificar una idea: la de que el crecimiento económico es suficiente para que ambos sexos participen por igual en el mercado de trabajo. El estudio de periodos largos de tiempo le permitieron identificar una relación directa entre ambas variables, pero también que, en periodos como el de la industrialización estadounidense, la proporción de mujeres empleadas decrecía, a la par que la economía mejoraba.
A Goldin, sin embargo, un punto en la historia le trajo más interés: el arribo de la píldora anticonceptiva. Ésta trajo a las mujeres la posibilidad de prolongar unos años más su profesionalización y tener mayor control sobre el tamaño de familia que tendrían. Esto, a su vez, representó un salto importante en su participación en el mercado laboral. A cinco décadas de distancia, es desesperanzador ver que el ingreso de mujeres al mercado laboral no fue suficiente para cerrar brechas salariales.
En el ámbito de la política, las últimas décadas también trajeron consigo expectativas incumplidas. Las sufragistas que consiguieron el voto de las mujeres en México, hace 70 años, difícilmente habrían imaginado que la participación paritaria en la toma de decisiones tomaría décadas.
Efectivamente, el próximo 17 de octubre estaremos conmemorando aquella reforma constitucional que en 1953 reconoció el derecho de las mujeres mexicanas a votar y ser votadas en cargos federales.
La política, sin embargo, no cambió de forma significativa después de la promulgación de dicha reforma. Para que la toma de decisiones en el país se transformara, fue necesaria la introducción gradual de cuotas en la legislación electoral. Fue hasta 2019 que se amplió la presencia de las mujeres en prácticamente todos los órganos públicos. Los tres poderes se han fortalecido con sus nuevas integraciones paritarias.
No obstante, estos avances han estado acompañados de retrocesos y obstáculos. Un ejemplo es que, apenas se hizo obligatorio el registro paritario de candidaturas, surgieron intentos para burlar la medida. Los bloques de competitividad fueron el mecanismo para detener esas intentonas. Ahora, el número de candidaturas por género debe ser igualitario en todos los niveles de competitividad de las organizaciones partidistas.
La economía y la política están estrechamente vinculadas. Estudios como los de Claudia Goldin dan cuenta de que, en la actualidad, el género de las personas sigue siendo un atributo discriminador significativo. Abren, sin embargo, rutas y metodologías de investigación útiles para aplicar en otros contextos sociales.
POR: AMALIA PULIDO
Presidenta del Instituto Electoral del Estado de México
@pulido_amalia
A 70 años del voto de las mujeres en México
El reconocimiento del voto de las mujeres en México hace 70 años fue un parteaguas en materia de derechos. Los compromisos democráticos emanados del México postrevolucionario cobraron vigencia, una vez que nuestro país reconoció la universalidad del sufragio. Desde 1953, todas y todos participamos en la decisión sobre nuestros gobernantes.
Detrás de la decisión adoptada por el Presidente Ruiz Cortines, en el sentido de proponer una reforma constitucional que reconociera el derecho de las mexicanas a votar y ser votadas, estuvo la influencia de otras democracias. Además, las mujeres mexicanas fueron hábiles en propiciar cambios culturales que reconocieran la necesidad de su participación en condiciones de igualdad con los varones.
Del lado del contexto internacional, es de destacar el papel de la 19ª enmienda a la Constitución Estadounidense (1920), misma que reconoció la participación política de ambos sexos. Este debate pronto permeó a otras naciones que debieron discutir la universalidad del sufragio como condición necesaria para la expansión democrática.
Del mismo modo, la historia registra los movimientos sufragistas que fueron surgiendo en el mundo. Particularmente exitoso fue el caso de las mujeres británicas que en los últimos años del siglo XIX aglutinaron diversos movimientos pro voto femenino en distintas ciudades inglesas y lograron constituir un movimiento de alcances nacionales. La bandera no se agotaba en el reconocimiento del derecho al sufragio, sino que de manera amplia buscaba la igualdad jurídica entre hombres y mujeres. Representaron eficazmente la primera oleada del feminisimo.
Pero quienes de manera decisiva consiguieron el reconocimiento del voto en México fueron las distintas líderes y organizaciones que, desde la Revolución entendían que la democracia mexicana sólo estaría completa con la participación de ambos sexos. Hermilia Galindo, por ejemplo, exigió al Congreso que redactó la Constitución de 1917 que ese texto reconociera el derecho de las mujeres a participar en elecciones.
Desde el ámbito local, fue emblemático el caso de Yucatán, entidad que reconoció el derecho al voto femenino en los años 20 del siglo pasado, es decir décadas antes de la reforma que lo llevó a la Constitución federal. La historia del sufragio femenino en México reconoce a Elvia Carrillo Puerto como impulsora de esa realidad local, derivado de su papel como promotora de ligas de mujeres en su entidad. Quien fuera hermana del Gobernador del estado fue la primera mujer votada para un cargo local.
Pero quizás la expectativa más importante que hubo de que el voto femenino fuera reconocido ocurrió en 1937, cuando el Presidente Lázaro Cárdenas envió una iniciativa al Congreso. Dicha propuesta surgió en respuesta a diversas movilizaciones que exigían a los Colegios Electorales reconocer los triunfos de algunas mujeres que se habían postulado a cargos de elección, aún sin tener en la ley el derecho de hacerlo.
Son esas influencias internas y externas las que explican que dos décadas después, el país haya logrado su más importante reivindicación. Las sufragistas de dentro y fuera del país generaron las condiciones de posibilidad para que las siguientes generaciones de mujeres pudiéramos votar en libertad.
Durante siglos, las mujeres fueron excluidas de los procesos políticos y, por lo tanto, marginadas en la toma de decisiones que afectaban sus vidas. Con el acceso al voto, las mujeres tienen la capacidad de influir en la elección de las personas que habrán de gobernarlas, lo que a su vez se traduce en políticas más equitativas y sensibles a las cuestiones que les afectan de manera única.
Sin embargo, esta lucha por la igualdad aún presenta retos importantes. Específicamente a nivel local aún encontramos resistencias y prácticas patriarcales que buscan mermar a la participación de las mujeres. Según lo muestran datos sistematizados por el INE, en el país hay apenas 545 municipios encabezados por mujeres, es decir un 28.9%. Si bien ese dato es más esperanzador para el Estado de México con 38% de alcaldesas en la entidad, también confirma un rezago respecto al anhelo paritario. Ello implica identificar, reconocer y atender las barreras que impiden a las mujeres competir en igualdad de condiciones.
Desde el Instituto Electoral del Estado de México estaremos trabajando para que, en las elecciones venideras, las mujeres de la entidad que así lo consideren puedan encontrar en la política electoral un espacio para su crecimiento personal y comunitario. Nos aseguraremos que garantizar condiciones para el debate político libres de violencia.
El día de hoy a 70 años del reconocimiento del voto de las mujeres en México, sigamos insistiendo, sigamos apropiándonos de los espacios y sigamos abriendo camino para la que vienen detrás.
La actualidad de la Carta Democrática Interamericana
Los populismos se han abierto como opciones de gobierno en distintos países, erosionando instituciones democráticas fundamentales
El fin de la guerra fría marcó el inicio de un periodo histórico marcado por la expansión de la democracia liberal como paradigma dominante en el mundo. El incremento de países con regímenes democráticos en los años noventa fue una muestra de su prometedor futuro en casi todas las regiones del globo.
Sin embargo, los últimos años han mostrado signos de agotamiento de esa era virtuosa para el ensanchamiento de libertades. La academia ha mostrado que las democracias de la actualidad enfrentan riesgos claros, incluyendo los inherentes a las crisis económicas y las expectativas de desarrollo incumplidas. Las deliberadas intentonas de desestabilización, como la toma del Capitolio en Washington en 2021, son una muestra de ello.
En paralelo, los populismos se han abierto como opciones de gobierno en distintos países, erosionando instituciones democráticas fundamentales. Yascha Mounk, uno de los académicos más reconocidos sobre el tema, destaca el avance de los discursos polarizantes en medios digitales y los conflictos étnicos como los principales rubros a considerar.
En estos tiempos de incertidumbre, cobra especial importancia la Carta Democrática Interamericana que está cumpliendo 22 años. Este documento, impulsado por la Organización de Estados Americanos (OEA) se erige como un recordatorio para salvaguardar los regímenes democráticos en el continente. Al establecer sus pilares, promover elecciones libres y justas, así como el respeto a los derechos humanos, la Carta es el más importante instrumento para guiar los avances y esfuerzos en la región.
Más allá de coyunturas y cambios políticos, la Carta también representa el compromiso de los Estados miembro con que la democracia sea un derecho de los pueblos y que los gobiernos tengan la obligación de promoverla y defenderla. En este instrumento, la separación e independencia de los poderes públicos, la pluralidad partidista, así como la celebración de elecciones periódicas, se constituyen como elementos esenciales de cualquier régimen representativo.
De la Carta se desprende la posibilidad de que, a través de la OEA, los países de América integren misiones de observación que acompañen los procesos comiciales en la región. Los organismos electorales latinoamericanos han sido especialmente beneficiados de estos trabajos pues, gracias a su alta especialización, se han generado recomendaciones a partir de metodologías rigurosamente diseñadas.
Con el avance democrático global a inicios de siglo, el liberalismo y la democracia se consolidaron en los sistemas políticos del mundo occidental. Este progreso no consistió únicamente en que la voluntad popular se expresara en urnas, sino en garantizar el rule of law y la protección de los derechos individuales de las personas. Los retos que enfrentamos en la actualidad, hacen que recordar y difundir los preceptos de la Carta Democrática Interamericana sea, hoy más que nunca, fundamental para el desarrollo político de nuestra región.
POR AMALIA PULIDO
Presidenta del Instituto Electoral del Estado de México
@pulido_amalia
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