Comunicación
Social

La participación de personas con discapacidad en el ámbito político representa una condición indispensable para el fortalecimiento de sociedades democráticas, justas e inclusivas. La política, entendida como el espacio donde se definen las normas y políticas que rigen la vida colectiva, debe garantizar la representación de todos los sectores sociales, incluidos aquellos históricamente excluidos como las personas con discapacidad.

 

Desde un enfoque de derechos humanos, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas —ratificada por México en 2007— ha sido clave para establecer la obligación del Estado de garantizar la participación plena y efectiva de este grupo poblacional en la vida política y pública. Este instrumento ha servido como base para reformas legislativas, ajustes institucionales y políticas públicas que han permitido una mayor inclusión en el ámbito político-electoral.

 

A nivel internacional, existen casos de personas excepcionales que, pese a enfrentar condiciones de discapacidad, desarrollaron carreras destacadas en el ámbito político, entre los ejemplos se encuentran: Helene Jarmer, parlamentaria en Austria (discapacidad auditiva), Steven John Fletcher, político canadiense (tetraplejia) y David Blunkett, Secretario de Estado en Inglaterra (discapacidad visual).

 

En México, Gilberto Rincón Gallardo (discapacidad motriz), es el referente de un político que desarrolló una carrera destacada a pesar de enfrentar una condición incapacitante. Su trayectoria incluyó ser diputado federal en dos legislaturas (1979-1982 y 1991-1994), presidir la delegación mexicana en la Conferencia Mundial contra el Racismo (2001) y dirigir el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (2003-2008). Además, fundó el Partido Democracia Social en 1999 y en 2000 se postuló como candidato a la presidencia de la República.

 

El caso de Rincón Gallardo demuestra que una persona con discapacidad puede consagrarse como político de carrera; sin embargo, a pesar de la apertura que existe en la actualidad no se han podido superar los obstáculos que tienen que enfrentar los individuos que conforman este grupo vulnerable y su presencia en el espacio público es muy baja.

 

En 2021, el INE estableció acciones afirmativas para la Cámara de Diputados, pero solo 8 de 80 candidatos con discapacidad obtuvieron curul. Extendidas al Senado en 2024, resultaron en 10 diputados con discapacidad y solo una senadora: Claudia Edith Anaya Mota (PRI), quien ganó por primera minoría -no por las cuotas (Yo También, 2024a/b)-, manteniéndose como única senadora con discapacidad.

 

En el Estado de México, se implementaron acciones afirmativas (IEEM, 2023) que exigían a los partidos postular candidaturas de grupos vulnerables (indígenas, afromexiquenses, LGBTIQ+ y personas con discapacidad). Sin embargo, en la legislatura local actual solo accedieron dos indígenas, un afromexiquense y una persona de la diversidad sexual, quedando excluidas las personas con discapacidad.

 

Lo anterior demuestra que debemos de repensar la forma de impulsar a las personas con discapacidad para que ocupen los espacios camerales visto que las acciones afirmativas no han producido los efectos deseados, como se puede apreciar en los resultados verificados en el Senado y la Legislatura Mexiquense.

 

Para impulsar a las personas con discapacidad es necesario que los partidos generen la construcción de políticos de carrera, con el objetivo de crear a muchos rincones gallardo, es decir, impulsar la educación democrática y liderazgo político de este sector de la población, y con ello superar los obstáculos que enfrentan para alcanzar los puestos de toma de decisiones.

 

El PRI es un partido incluyente y amigable con las causas populares y siempre hemos apoyado a quien más lo necesita, somos un puente entre la ciudadanía y su acceso al espacio público. Seguiremos trabajando en la construcción de liderazgos fuertes de todas las personas con discapacidad que tengan la convicción de acercarse con nosotros y sin duda los resultados se verán cristalizados en las elecciones de 2027.

 

 

 

Sen. Cristina Ruiz Sandoval

Presidenta del CDE del PRI en el Estado de México.

 

 

 

Fuentes de consulta

CONADIS. (2017) Aniversario Luctuoso de Don Gilberto Rincón Gallardo y Meltis, https://www.gob.mx/conadis/articulos/aniversario-luctuoso-de-don-gilberto-rincon-gallardo-y-meltis

IEEM. (2023), Acuerdo IEEM/CG/132/2023.

Yo También. (2024, a). Habrá sólo una senadora con discapacidad (otra vez). https://yotambien.mx/noticia/senado-de-la-republica-claudia-anaya-unica-senadora-con-discapacidad-pese-acciones-afirmativas/

_____, (2024, b). ¿Quiénes son los 10 diputados y diputadas con discapacidad en México? https://yotambien.mx/noticia/quienes-son-los-10-diputados-y-diputadas-con-discapacidad-en-mexico/

En el marco de las campañas electorales, la música ha emergido como un recurso estratégico que busca generar una conexión emocional con el electorado. Su función va más allá del entretenimiento, ya que puede ser instrumentalizada como una herramienta de persuasión simbólica y afectiva. Este fenómeno es particularmente relevante en el caso de los votantes jóvenes, quienes suelen ser más susceptibles a la influencia de los medios y la cultura popular.

 

La música, como canal no verbal, evoca emociones, construye identidades y fija mensajes políticos (Frith, 1996). En campañas, los temas —originales o adaptados— buscan posicionar al candidato mediante repetición melódica y asociación emocional. Ritmo, género y letras son elegidos estratégicamente para resonar con públicos jóvenes.

 

Diversos estudios han demostrado que los jóvenes tienden a mostrar una mayor afinidad con mensajes que apelan a formatos visuales y sonoros atractivos (Norris, 2000). La utilización de música urbana, pop o regional, acompañada de letras que hacen alusión a temas como el cambio, la inclusión o la crítica social, puede favorecer la identificación de los jóvenes con una figura política. En este sentido, la música actúa como un puente entre el discurso institucional y la cultura juvenil, facilitando el acceso a la esfera política desde un enfoque menos tradicional.

 

Hoy, los contenidos políticos con formato musical logran amplia resonancia gracias a redes sociales como TikTok, Instagram y YouTube, donde se viralizan con rapidez y llegan a audiencias masivas. Esta dinámica convierte las canciones asociadas a candidatos en herramientas de visibilidad, notoriedad y recordación —factores clave en la construcción de intención de voto (López-Meri et al., 2017)—, demostrando cómo la cultura digital redefine las estrategias de comunicación política.

 

En México, tenemos claros ejemplos del uso exacerbado del jingle como mecanismo de promoción política, basta recordar el spot pautado por MC en 2018 denominado "Huicholito" y la canción "Movimiento Naranja" que se volvieron virales, acumulando más de 26 millones de reproducciones en YouTube y siendo tendencia en redes sociales (Coppel, 2018). La canción llegó a las listas de éxitos en plataformas como Spotify y se adaptó en memes y versiones musicales, ampliando su impacto.

 

En la elección de 2024 ese partido lanzó el jingle conocido como “Presidente Máynez”, que poseía un ritmo jocoso, una letra inspirada en el fútbol y, un coro que repetía “Máynez” ocho veces en menos de 14 segundos. La canción alcanzó la segunda posición de la lista de Spotify de las 50 canciones más virales en México (Lucena, 2024).

 

El uso del jingle como estrategia de campaña ofrece buenos dividendos; sin embargo, lo que necesita el país es la formación de jóvenes informados, que puedan identificar que ese tipo de campañas en realidad consisten en estrategias artificiales de contenidos vacíos que no proponen nada y simplemente buscan generar simpatía con electorado a través de la conexión emocional que genera la música pegajosa.

 

Tenemos la obligación de orientar a los jóvenes para que su voto no se base en canciones, sino en propuestas sólidas que resuelvan los problemas complejos que enfrenta nuestro país. En el PRI trabajamos arduamente para fortalecer la educación cívica y promover la participación juvenil en la política, porque sabemos que un voto consciente transforma comunidades y define el futuro de México. Fomentamos el despertar intelectual de las nuevas generaciones, para que comprendan que su decisión electoral tiene consecuencias profundas en su vida y en la nación.

 

 

Sen. Cristina Ruiz Sandoval

Presidenta del CDE del PRI en el Estado de México.

 

 

Fuentes de consulta

Coppel, E. (2018). El niño de ‘Movimiento Naranja’ cuenta las carencias de los pueblos indígenas en un video electoral, El País.

Frith, S. (1996). Performing Rites: On the Value of Popular Music. Harvard University Press.

López-Meri, A., Marín-Lladó, C., & Cano-Orón, L. (2017). La influencia de los mensajes políticos en redes sociales durante la campaña electoral: Un análisis del impacto en la intención de voto. Comunicar, 25(53), 19–28.

Lucena, K. (2024), Jingle político: ¿Puede una canción influir en mi voto? Expost.

Norris, P. (2000). A Virtuous Circle: Political Communications in Postindustrial Societies. Cambridge University Press.

Street, J. (2012). Music and Politics. Polity Press.

Actualmente, los jóvenes muestran desafección democrática debido a su desconfianza en las instituciones, baja participación electoral y escaso interés político. Perciben la política como ajena a sus necesidades, influenciados por redes sociales y sin referentes políticos identificables.

 

Los informes país del INE (2014 y 2020) confirman que persiste en México una cultura política de desconfianza en las autoridades, desencanto democrático y una brecha entre los ideales y la práctica cotidiana de la democracia. Los jóvenes son el grupo que menos vota, reflejando su descontento: creen que la democracia no resuelve problemas económicos y sociales o solo beneficia a unos pocos.

 

En las elecciones de 2024:

 

  • 18 años: 61.6% de participación
  • 19 años: 53.5%
  • 20-24 años: 48.5%
  • 25-29 años: 47.4%

 

En contraste, los adultos de 65-69 años votaron en un 76.6%.

 

Esta desafección juvenil debilita la democracia, pues la participación ciudadana es fundamental. Los jóvenes se sienten desmotivados al ver que su participación —votar o manifestarse— no impacta en las decisiones ni mejora sus condiciones de vida.

 

No se trata de jóvenes "apartidistas" (que no simpatizan con ningún partido, pero se informan), sino de jóvenes apolíticos: una generación que desconfía de sus representantes (gobierno, Congreso y partidos) y hoy forma un gran segmento del electorado. Ante esta falta de representatividad, muchos jóvenes impulsan causas como el medio ambiente o derechos humanos mediante acciones fuera de la política tradicional.

 

Ante este escenario, en diversos foros se han presentado diversas propuestas para fomentar su participación:

 

  1. Educación cívica: Ayuda a comprender la importancia de la democracia y a participar de forma informada.
  2. Participación ciudadana: Según la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020, quienes se unen a organizaciones comunitarias votan más (77% vs. promedio). Actividades como resolver problemas locales o reunirse con autoridades también incrementan la asistencia a las urnas.
  3. Referentes políticos: Visibilizar líderes jóvenes con quienes se identifiquen puede generar mayor interés.

 

El PRI es pionero en promover la participación política juvenil. Sus estatutos garantizan que 30% de las candidaturas sean para jóvenes, además de contar con la Red Jóvenes x México, que integra estructuras estatales, organizaciones sectoriales (como la Federación de Organizaciones Obreras Juveniles) y afiliados individuales. Sin embargo, aún falta revertir el desencanto y la apatía.

 

El mayor reto actual radica en que los jóvenes que ejercerán su primer voto en 2027 apenas tenían 9 años cuando el PRI fue gobierno por última vez. Esta generación desconoce por completo una administración basada en planeación estratégica, transparencia y resultados, habiendo crecido únicamente bajo un sistema político caracterizado por la improvisación, ocurrencias y demagogia del partido que detenta el poder desde 2018. Esta limitada experiencia dificulta su participación activa, pues su único referente es un modelo de gobierno que ha demostrado ser ajeno a sus demandas y aspiraciones.

 

Nuestro compromiso es claro e impostergable: combatir activamente la apatía y el desencanto democrático que afecta a las nuevas generaciones. Reconocemos que este desafío exige una transformación profunda en la forma de hacer política, por ello resulta indispensable transformar la relación de los jóvenes con la democracia, a través de educación política práctica, espacios reales de participación y una renovación generacional en el liderazgo. No descansaremos hasta lograrlo.

 

Sen. Cristina Ruiz Sandoval

Presidenta del CDE del PRI en el Estado de México.

 

Fuentes de consulta

INE. (2024). Estudio muestral de participación ciudadana, proceso electoral concurrente 2023-2024.

___. (2022). Informe país 2020, El curso de la democracia en México, Resumen Ejecutivo.

INEGI. (2021), Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020.

El ejercicio democrático requiere la participación de todos los integrantes de la sociedad. Así, mientras mayor sea el número de ciudadanos que acudan a las urnas a emitir su voto, más legitimados estarán los triunfadores.

 

Tradicionalmente, las mujeres hemos tenido una mayor participación que los hombres en las elecciones. Esto se reflejó en los comicios de 2024, donde el porcentaje de participación de mujeres inscritas en la Lista Nominal de Electores fue de 64.3%, en comparación al 54.8% de los hombres.

 

La cuestión no se agota en la participación por género, sino que también existen diferencias significativas tratándose de grupos de edad, en los que las personas adultas mayores desempeñan un papel protagónico en la participación electoral, debido a que son los que más votan.

 

En cuanto a los jóvenes los que más participan son los que cuentan con 18 años cumplidos, que en la elección de 2024 se reflejó con un porcentaje de participación del 61.6%, pero conforme aumenta la edad, los porcentajes disminuyen, como se aprecia con los jóvenes de 19 años, con 53.5%, los del rango de 20 a 24 años, con 48.5% y los de 25 a 29 años con una participación del 47.4%.

 

En cambio, en las personas adultas mayores, la participación electoral en 2024 superó el 70%. Los grupos con mayor participación fueron los de 65 a 69 años (76.6%) y los de 70 a 74 años (75.5%); sin embargo, la cifra más baja se encuentra en los mayores de 85 años (44.6%).

 

En términos generales las personas adultas mayores constituyen el grupo de edad con mayor asistencia a las urnas, con la salvedad de los mayores de 85 años; sin embargo, en la elección de 2024 se incrementó notablemente la participación en este rango de edad con 44.6% en comparación con la elección presidencial de 2018, que le porcentaje registrado, fue de 39.2%.

 

Cabe destacar que la participación ciudadana en general fue menor en 2024 (59.8%) en comparación con la elección presidencial de 2018 (63.4%), ello se debe a la reducción en el número de jóvenes y de personas de edad mediana que acudieron a las urnas como se muestra en el siguiente comparativo:

 

 

Elección

Porcentaje de participación electoral

2024

61.6

53.5

48.5

47.4

52.1

56.2

60.3

64.2

63.7

69.6

2018

64.7

57.1

52.8

52.8

58.1

61.9

65.2

67.7

69.7

71.3

Edad

18

19

20-24

25-29

30-34

35-39

40-44

45-49

50-54

55-59

 

Fuente: Elaboración propia con datos del INE.

 

 

 

Contrario a esta reducción, las personas adultas mayores incrementaron su presencia en las urnas en todos los segmentos de edad. A partir de los 60 años el porcentaje de participación fue mayor que en la elección de 2018 como se muestra a continuación:

 

Elección

Porcentaje de participación electoral

2024

73.1

76.6

     75.5

71.6

63.7

44.6

2018

72.8

73.3

     72.1

67.3

58.2

39.2

Edad

60-64

65-69

70-74

75-79

80-84

85 y más

 

Fuente: Elaboración propia con datos del INE.

 

Como se puede observar, las personas adultas mayores no sólo son las que más votan, sino que contrario al comportamiento de las personas jóvenes, incrementaron su participación en las urnas en la última elección y ello demuestra la importancia que representa en los procesos electorales.

 

Al ser el grupo con mayor participación electoral, las personas adultas mayores suelen ser blanco de operadores políticos del oficialismo que usan programas sociales con fines electorales, incluso coaccionándolos con la amenaza de perder sus beneficios si no votan por el partido gobernante. Sin embargo, estos programas tienen respaldo constitucional, por lo que no corren riesgo. Aun así, muchos desconocen esto, lo que resalta la necesidad de educación democrática.

 

Es crucial que autoridades, partidos políticos y sociedad civil promuevan esta educación, a fin de garantizar un voto informado y libre, sin manipulación. Una democracia no puede sostenerse si gran parte del electorado vota bajo coacción; es hora de superar estos vicios y defender la libertad electoral.

 

Sen. Cristina Ruiz Sandoval

Presidenta del CDE del PRI en el Estado de México.

 

 

Fuentes de consulta

"INE. (2024). Estudio muestral de participación ciudadana, proceso electoral concurrente 2023-2024.

Miércoles, 16 Abril 2025 06:00

Nos unen las convicciones

Intervención en la trigésima primera Sesión Ordinaria del Observatorio de Participación Política de las Mujeres en el Estado de México, celebrada el 11 de abril de 2025.

 

Gracias, Presidenta. Con el permiso de todas las mujeres que nos acompañan el día de hoy, no tengo la menor duda de las luchas que tuvieron que emprender para venir y estar aquí, en estos espacios tan importantes donde se ejerce el poder de hacer política, que es decidir el destino de lo que amamos. Todas y todos amamos a México tal como es, pero estoy segura de que queremos algo todavía mejor.

 

Me honra participar en este Observatorio por la causa que nos une, en mi carácter de Presidenta del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional. Reconozco al Observatorio y a las instituciones; valoro profundamente que me brinden este espacio de diálogo democrático, donde hacemos de nuestra diversidad de ideas una unidad de acción. Agradezco a las instituciones electorales, a los organismos autónomos y a todas las voces comprometidas que han contribuido a abrir paso a la participación de nosotras, las mujeres. Gracias por sostener el andamiaje de nuestra democracia, por acompañar nuestra lucha y por no claudicar ante las tentaciones regresivas y retardatarias.

 

Tengo la certeza de que son millones las mujeres que nos están viendo y depositan en ustedes una esperanza. Lo digo con orgullo y sin ambigüedades: mi partido fue la cuna, motor y garante de muchos de los avances más importantes de las mujeres en la vida pública. Somos quienes dimos la primera batalla por el sufragio femenino, impulsamos la creación de los primeros institutos de las mujeres y, desde nuestras mayorías legislativas, hicimos posible la paridad como principio constitucional.

 

En mi partido, hace una década, establecimos en nuestros estatutos que la mitad de nuestras candidaturas sean para mujeres y, preferentemente, jóvenes. Implementamos acciones afirmativas incluyendo a mujeres indígenas, afrodescendientes, con discapacidad, de la diversidad sexual y de contextos rurales, porque en nuestro caso, como brazo político del pueblo, la igualdad de género es una profunda convicción.

 

Hoy, prácticamente todas las carteras del Comité Directivo están ocupadas por mujeres. Me acompañan dos de ellas: la Secretaria de Operación Política, Angelina Carreño, y Martha Angón en el Consejo Político Estatal. Somos un partido que cree en la justicia, que lucha por la equidad y que defiende la democracia con hechos.

 

Para hacerlo breve: las mujeres estamos aquí para cambiar las reglas del juego, no solo para jugar. Estamos superando el paradigma de la capacitación básica; vamos hacia la profesionalización, el desarrollo de habilidades estratégicas y la certificación de competencias profesionales aplicadas a la política. Trabajamos con la decisión de ganar, de gobernar, pero también de hacerlo con eficacia y transformar.

 

Como dijo Norberto Bobbio: "La democracia no se limita al derecho de votar, sino al derecho de ser parte activa del poder". No basta con que gobernemos mujeres; necesitamos gobernar para las mujeres. No es lo mismo prometer que transformar, ni es igual llegar al poder que servir desde el poder.

 

Queremos más mujeres en cargos que se hagan cargo de sus convicciones. Las convoco a que vayamos juntas y vayamos adelante, para llegar lejos y llegar todas.

 

Es cuanto, Presidenta.

 

Sen. Cristina Ruiz Sandoval

Presidenta del CDE del PRI en el Estado de México.

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